MÚSICA Y FIESTA
La música forma parte del ADN de cualquier fiesta que se precie. Gracias a ella, las celebraciones adquieren ese carácter alegre y festivo, y muchas veces, a pesar de las diferencias generacionales, une a mayores y pequeños haciéndoles ser y sentirse partícipes de la ilusión y de la alegría compartida.
Por supuesto, nuestras fiestas de San Fermín no serían ni una ínfima parte de lo que son sin música. Es más, directamente, no serían.
Es cierto que los sanfermines tienen un olor especial, un aura concreta y una esencia que además sólo las pamplonesas y los pamploneses, o las personas muy ligadas a la ciudad o a sus fiestas reconocen. Pero San Fermín tiene banda sonora, y está tan tatuada, tan enraizada en la fiesta, es tan indisoluble, que ya casi una ni repara en ella. Es como la música en una película. Muchas veces no te das cuenta ni de que está ahí, pero es parte fundamental de la trama, aporta la tensión necesaria y está en la justa medida para dejar el protagonismo a lo que debe.
Los sanfermines ya comienzan con sonido, con música: una explosión, seguida de otra, esta vez de júbilo de miles de personas cantando, gritando, aullando a la fiesta, a la amistad, a muchos sentimientos. Y cómo no, seguida de la música de la banda de gaiteros y de la Pamplonesa, que se coloca en el centro de la plaza del Ayuntamiento y consigue hacer saltar al compás a toda la turba que se concentra en ese momento.
San Fermín tiene un montón de himnos, de canciones que lo representan, tanto oficiales como oficiosos. Por supuesto, el Riau Riau, el Pobre de mí, la música de las dianas, “A San Fermín pedimos”, las gaitas y txistus de los gigantes, la jota del momentico, pero también el típico “Quinto levanta” de las peñas, “Pero sigo siendo el rey”, la “Chica Ye yé” o canciones varias de Rocío Durcal y Rafaella Carrá que nunca defraudan y no pueden faltar. Y por supuesto las típicas batucadas que se van escuchando conforme te bajas de la villavesa al llegar al centro de la ciudad, los grupos centroamericanos con bases pregrabadas y flauta de pan… Seguro que a más de uno y de una le están viniendo recuerdos, olores y sabores con esto.
Según las diferentes partes del centro de Pamplona por las que pasemos, hay diferentes tipos de música, desde techno, pachanga, reggaetón, folklore, años 70, hasta jazz, cantautores, pop, boleros, verbenas y conciertos a todas las horas y para todos los gustos… Y toda ella la encontramos en la calle, entremezclándose las unas con las otras, ofreciendo un montón de colores a la ciudad, haciéndola universal por unos días, alegre, desenfadada, atrevida.
Digamos que en muchas ocasiones, la música que vamos escuchando en sanfermines, que nos llega de un lado y de otro, se convierte en nuestro GPS y/o reloj de la fiesta: “Por allá deben estar los gigantes”, “Uy, ya han salido las peñas”.
Este año no podemos ni debemos celebrar nuestras fiestas, pero el año que viene nos esperan, como siempre. De todos y todas, para todos y todas, con respeto, con límites. Y con mucha, mucha música. Que nada de esto nos falte.
María Suberviola
@musasyfusas