No, no es Patxi Patascortas, es el otro, al que tanto le debo.

Se ha muerto el 18 de mayo, justo en el cumpleaños de mi brother y 7 días después de un acontecimiento que me ha cambiado la vida, fíjense.

Conocí de "oídas divinas" a este personaje allá por mediados de los ochenta. La responsable de tantos buenos ratos de aquel, imaginado entonces, futuro, fue una de mis sisters, la segunda mayor. Con Franco pasé de la inopia (no entendía un carajo aunque seguía pato/lógicamente escuchándolo y obligándome a aprender aquellas letras tan "chachis"); luego pasé al sentimiento de desprecio (en una edad donde la empatía y la generosa comprensión no existen); finalmente -siendo más persona y madura-, lo amé, me acerqué casi a comprenderlo y he llorado su muerte, sí, confieso, pero confieso,  por todos esos momentos familiares, siempre a rebosar de alegría y surrealismo, siempre sumando, sumando empatía, cordialidad, saberse afortunado, saberse querido y orgulloso (hoy así lo siento al cubo).

A ti, Franco (no del otro del que sólo me gusta su nombre, el apellido desapareció , por fortuna), a ti te dedico este escrito -algo menos complejo y humilde que los tuyos-por, para y hacia ti vaya este agradecimiento.

Pd: seguiremos con los "fruanquetes".. palabrita de fannamberguánforever. 

Ahora, el mito del amor nunca morirá, y, de hacerlo, sería con infinitas cortesías; tampoco nos enervarán los stops, menos, si suenas en el auto; y sabemos ya qué difícil es descubrir el alba dentro de las sombras y nos preguntamos qué cosa quedará de nosotros del tránsito terrenal; que la gente infame no conoce el dolor; que nos avergüenza ver a los hombres (y mujeres) como animales; tantas y tantas cosas más....

Gracias infinitas.

Marta Salas