El Gobierno de Navarra aprueba diversas medidas para evitar riesgos sanitarios entre el ganado de Urbasa y Andía
El Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente ha articulado un plan sanitario para garantizar la seguridad de las cabañas ganaderas que pastan en Urbasa y Andía / Andia y que es de obligado cumplimiento por parte de los establecimientos ganaderos. Este plan prevé cuarentenas para los animales que se incorporen a las cabañas y pruebas de control para detectar posibles enfermedades.
Todas estas medidas se articulan en una orden foral, que publica hoy el Boletín Oficial de Navarra y que entrará en vigor mañana. En concreto, se prevé que todo animal adquirido por un establecimiento ganadero que utilice los pastos comunales de Urbasa y Andía / Andia debe mantenerse aislado del resto del ganado durante un periodo mínimo de 40 días. En este tiempo, además, se le tomarán muestras para realizar diversas pruebas diagnósticas. Únicamente cuando el animal haya superado ese tiempo y las pruebas sanitarias correspondientes podrá sumarse al resto de la cabaña.
Por otra parte, el plan acordado prevé programas sanitarios específicos para ganado bovino, ovino y caprino, de cara a la detección de las enfermedades más comunes en cada uno de ellos. Así, se realizarán pruebas para detectar la tricomonosis, la rinotraqueítis infecciosa bovina, la diarrea vírica bovina y la paratuberculosis entre el ganado bovino; entre el ovino se controlará la sarna y la agalaxia contagiosa; y esta misma enfermedad se vigilará en el ganado caprino.
Las pruebas sanitarias se extenderán también a los animales reproductores que se incorporen a las cabañas y también entre el ganado ovino con clasificación zootécnica de reproducción para la producción de leche. En estos casos, las pruebas deberán hacerse en el establecimiento de origen y, posteriormente, en el de destino durante la cuarentena. El resto de ovinos serán vacunados frente a la agalaxia contagiosa.
Encuestas de bioseguridad
Al margen de las pruebas y controles sanitarios, todos los establecimientos ganaderos de vacuno y caprino deberán someterse a una valoración de las medidas de bioseguridad de sus instalaciones. Las encuestas se repetirán cada cinco años, de forma que se pueda realizar una reevaluación de las medidas sanitarias existentes.
Las primeras encuestas serán realizadas por los servicios veterinarios oficiales, mientras que el resto podrán llevarse a cabo por profesionales veterinarios clínicos o de explotación.
También los establecimientos ganaderos que no hayan utilizado nunca el pasto comunal o no lo hayan hecho de forma continua en los últimos tres años deberán adoptar las medidas recogidas en la orden foral.