El video ha sido grabado durante la primavera de 2021 por el director Gonzalo Alcaín. Junto a DiaMar participan los músicos Carlos Murillo, Óscar Fernández, Rubén Darío Reina y Gaudea. La historia recrea la bonita amistad entre la compositora y Víctoria Angulo, cuyo espítiru cobra vida mediante los pasos de la bailarina, de la Compañía de danza de Antonio Najarro, Celia Ñacle.
Chabuca trabajaba vendiendo cosméticos, así inició una amistad con una distinguida mujer mulata de la sociedad alta limeña: Victoria Angulo. Esta canción se la escribió la artista a Victoria por su cumpleaños. Chabuca se imaginaba como sería el paso acompasado en el retorno a casa su amiga: el pelo ondulándose por el viento, su cadera moviéndose de un lado a otro, el perfume de "La flor de la canela"...
Chabuca además de esta canción es la creadora de otras muy conocidas como "Fina Estampa" o "El puente de los suspiros". Fue fuente de inspiración para otras mujeres y es una de las figuras femeninas más reconocidas de Perú. En 2017 su obra musical fue declarada Patrimonio Cultural.
Lo que empezó siendo un proyecto que buscaba rescatar el trabajo de mujeres cantantes y compositoras, se ha convertido en un trabajo de visibilización del papel de muchas de estas mujeres que abrieron paso en la industria de la música y en su sociedad.
Cada una de las mujeres de este disco, Violeta Parra, Chabuca Granda, Cecilia, Mari Trini, Eladia Blázquez... vienen de diversos lugares con vidas distintas, influenciadas por músicas diferentes y eso ha sido lo más difícil. Buscar la globalidad y unificar un solo estilo para que tuviera coherencia y empaque musical. El trabajo está dedicado a Celia Mur, gran cantante y compositora que influyó en el trabajo de DiaMar como artista y persona.
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