“Separar la afectividad de la sexualidad hace un daño profundo a la persona. La sexualidad pone en juego la parte más íntima de nuestro ser, corporal y espiritualmente. Del mismo modo que no podemos separar nuestro cuerpo de nuestra alma, no podemos separar el sexo del afecto”. Con estas palabras, el doctor Luis Chiva, director del departamento de Ginecología de la Clínica Universidad de Navarra y uno de los organizadores del Simposio Multidisciplinar Internacional sobre el Reconocimiento Natural de la Fertilidad, incide en la necesidad de abordar las dimensiones antropológicas, afectivas y biológicas en torno a la sexualidad y la fertilidad centradas en la persona.

La Universidad de Navarra acogerá este congreso los próximos 22, 23 y 24 de septiembre, organizado en colaboración con la Universidad de los Andes (Chile) y el Proyecto Veritas Amoris.

Entre los ponentes se encuentran, entre otros, Josep Standford (Universidad de Utah, Estados Unidos), Rene Leiva (Universidad de Ontario, Canadá), Christopher West (Instituto de Teología del Cuerpo, Estados Unidos), Juan José Pérez Soba (Instituto Pontificio Juan Pablo II, Roma), René Écochard (Universidad Claude Bernard Lyon, Francia) o Marguerite Duane (Universidad de Georgetown, Estados Unidos) y monseñor Mario Iceta, arzobispo de Burgos y experto en bioética.

Las intervenciones comenzarán a las 15 horas. Además, por las mañanas se han organizado una serie de talleres entre los que destaca uno denominado “Sexualidad sin barreras y amor sin límites; aprender a comunicar la belleza del amor humano”. También habrá un acto in memoriam al Dr. Gonzalo Herranz, profesor de bioética de reconocimiento internacional que murió en mayo de este año.

 El Dr. Chiva aboga por invertir tiempo en formación sobre el Reconocimiento Natural de la Fertilidad (RNF) y difundir todo el conocimiento científico sobre efectividad diagnóstica de esos métodos, continuar investigando y desarrollar nuevas herramientas. Señala además que ese modo de entender la sexualidad y la afectividad van más allá de la antropología cristiana. “Hay muchas personas que, sin ser cristianas, sienten que en sus relaciones sexuales comprometen más que un rato de placer. Cualquiera que sienta esto puede sentirse atraído por los planteamientos que mostraremos en el Simposio o al menos, intrigado”.