VALLE DE ODIETA
El Tribunal Superior de Justicia de Navarra ha estimado recientemente el recurso interpuesto por la cooperativa navarra Valle de Odieta contra la resolución que hace tres años denegó la concesión de una nueva autorización ambiental para la ampliación de las instalaciones y de este modo, poder albergar 7.200 vacas.
Si eres de los que les gusta mirar para otro lado en este tipo de temas, puedes dejar de leer el resto del artículo.
Como si estas instalaciones no fueran suficientemente grandes, esta misma cooperativa está en trámites para la creación de otra
macrogranja en la provincia de Soria, explotación que se convertiría en la tercera más grande del planeta.
Este año que ha comenzado acaba de cerrar en Francia la famosa "granja de las mil vacas", debido principalmente a la presión social y a una serie de problemas legales.
Por contra, la idiosincrasia de este país de pandereta parece querer recibir con los brazos abiertos este tipo de explotaciones descomunales.
En la granja protagonista de estas líneas situada en el término de Caparroso, son torturadas cada día cerca de 7.000 vacas. Vacas por cierto, que sienten y sufren al igual que nosotras y nosotros.
A estas 7.000 vacas se les roba a sus bebés cada vez que son forzadas e inseminadas artificialmente. Unos bebés huérfanos que pasarán a ser explotados para producir más leche o en el caso de los machos,
llevados directamente al matadero y vendidos posteriormente como carne.
Un maltrato y explotación animal, además de unas consecuencias para el medio ambiente y la salud humana difícilmente incalculables.
Y todo a cambio de de un puñado de puesto de trabajo con un alto grado de precariedad.
Estos son los complementos añadidos que supone nuestro café con leche diario.
Por todo ello, seamos por una vez honestos e intentemos conocer la realidad de este maltrato cruel que hay detrás de cada vaso de leche.
No nos quedemos con los prejuicios que nos cuentan en las películas ni nos limitemos a cambiar de tema, pensando que de este modo el problema
y nuestra responsabilidad desaparecerán por sí mismos.
Las vacas no ríen cuando tomamos la leche de sus crías. Con el vaso de leche, las vacas sufren por ser explotadas y maltratadas.
Jose Javier Napal Górriz,
Presidente y miembro de la asociación Libertad Animal Navarra