¿Le importa a alguien el euskera en Navarra?

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ
El discurrir por las carreteras navarras de la colorida serpiente de la Korrika, es una bocanada de aire fresco para una lengua en peligro de fosilización pero su influencia mediática provoca el espejismo de que el euskera se extiende por todos los rincones del Viejo Reino.

Sin embargo, en el Antiguo Reino de Navarra, cuna de la  Lingua Vasconum Primittiae, la situación del euskera es muy preocupante, porque aparte de la repercusión mediática del Nafarroa Oinez y de la Korrika, la cruda realidad demuestra que el euskera en Navarra se encamina hacia el estancamiento, a pesar de que en los últimos quince años se ha producido un ligero repunte.

En este sentido, el Gobierno de María Chivite estaría elaborando un nuevo decreto foral que regule el uso del euskera en las Administraciones Públicas, en el que supuestamente desaparecería la obligatoriedad de la valoración del euskera en la zona mixta y no vascófona. Junto a ello, las matriculaciones en el modelo D han descendido debido a la reducción de la natalidad y a la apuesta clara de PSN y UPN por el inglés, lo que augura un futuro incierto para el euskera en Navarra.

Asimismo, este acuerdo impide equiparar los méritos del euskera en la valoración de las convocatorias de empleo público de la zona mixta y no vascófona al resto de lenguas comunitarias, lo que significa que el euskera quedará construido a la zona vascófona y será una lengua fosilizada en el resto del Viejo Reino.

En estas circunstancias, sería de esperar que Geroa Bai y EH Bildu forzaran a la presidenta Chivite a equiparar cuanto antes el euskera al resto de lenguas comunitarias en el concurso de méritos de las oposiciones, evitando así situaciones como la última OPE de enfermería, que no reconoció el euskera como mérito, o la reciente decisión del Gobierno de Chivite de "no considerar el euskera como mérito en todas las convocatorias realizadas por Osasunbidea en la zona mixta".

Sin embargo, Geroa Bai estaría sedada por su apego a la poltrona del Poder al gobernar junto al PSN en el Gobierno de Navarra, al tiempo que EH Bildu habría cumplido su objetivo de reforzar su poder municipal logrando la Alcaldía de Pamplona y la Presidencia de la FNMC.El euskera, por tanto, estaría huérfano de apoyos políticos en Navarra pues tanto Geroa Bai como EH Bildu tendrían un acuerdo tácito con el PSN de Chivite consistente en denunciar que el euskera es una lengua minorizada pero abstenerse de impulsar acciones políticas que supongan la implantación del euskera como lengua cooficial en Navarra.

En esta estrategia de los partidos que se dicen abertzales y que utilizarían el euskera como moneda de cambio para mantener sus parcelas de poder, se incluiría la labor censora de medios de comunicación como Gara y Noticias Navarra, convertidos en meras correas de transmisión de las voces de sus amos, EH Bildu y Geroa Bai.

Así, dichos medios de comunicación estarían trasladando a sus lectores el esfuerzo del Gobierno de Chivite en la promoción del aprendizaje del euskera y en el incremento de los fondos públicos destinados a ello, obviando la cruda realidad de un euskera condenado al ostracismo en las ordenanzas municipales de incontables localidades como Orkoien y Estella, así como la negativa del PSN a extender el Modelo D a poblaciones como Lerín o Mañeru.

En resumen, dado que tanto EH Bildu como Geroa Bai han sacrificado al euskera a cambio de seguir en sus poltronas, se antoja urgente una movilización general a favor del euskera, porque de seguir en esta línea, la cartografía del euskera irá menguando, quedando el euskera preso en islotes ideológicos o sentimentales diseminados por el territorio foral y en los ecosistemas tradicionales del noroeste y noreste de Navarra y como una lengua fosilizada en el resto del Reino Viejo.

Germán Gorraiz Lopez- Analista