OPINIÓN - LA BURBUJA DEL LABRILLO SE TRASLADA AHORA A LAS ENERGÍAS RENOVABLES
Nuestra máxima oposición al macroparque fotovoltaico en la Cendea de Galar, Beriain y Cendea de Zizur
El pasado día 22 de septiembre se informaba en diversos medios de comunicación de los planes de las empresas Syder SL (con sede en Zaragoza) y Solarig (afincada en Soria) de construir un gran parque de energía fotovoltaica en la ladera norte de la sierra de El Perdón, en los municipios de Cendea de Galar, Beriain y Cendea de Zizur. El proyecto, según hemos conocido de diversos medios y de una reunión que se convocó en pleno agosto, en plenas vacaciones y sin publicidad alguna, lo cual es un indicador del proceder de dichas empresas, está planteado para instalar 400 megavatios para los que se necesitarían unas 800 hectáreas, y pretenden arrendar para estos fines una serie de parcelas durante 35 años a un precio de 1.300 euros por hectárea y año.
Como agricultores y propietarios de terrenos agrícolas donde se cultiva el cereal en el Concejo de Salinas de Pamplona (Salinas de Galar) y en terrenos limítrofes, nos oponemos firmemente a este proyecto porque es incompatible con nuestra actividad agrícola que ha sido desde hace muchísimo tiempo nuestro medio de vida y trabajo, en una zona como la Cuenca de Pamplona, que tiene unos suelos de gran valor agrológico y de interés agrario elevado. También nos oponemos, porque el modelo de instalación de estos grandes parques fotovoltaicos en suelo rural no urbanizable conlleva daños irreversibles en el paisaje y a la biodiversidad, destrozos en el entorno natural y el medio ambiente, y un sinfín de cuestiones más.
A la par que decimos bien alto que estamos en contra de estos macroparques fotovoltaicos en fincas agrícolas productivas, tenemos que decir que estamos favor de la energía solar y de otras energías renovables, pero con instalaciones más pequeñas, que potencien el autoconsumo, como puede ser aprovechar los tejados de los edificios de las zonas urbanas, de forma que el punto de generación esté lo más cerca posible a la del de consumo, o también en polígonos industriales.
El proyecto que las empresas Syder SL y Solarig quieren construir en los municipios de Cendea de Galar, Beriain y Cendea de Zizur, y por las informaciones que nos van llegando, también se están dado lugar en otras zonas, como el de la firma Solaria que planea seis plantas entre Adiós, Uterga y Muruzubal, en terrenos de cereal, y en la ladera sur de la Sierra del Perdón, y podíamos seguir enumerando más iniciativas. En un contexto de crisis climática y de transición hacia un nuevo modelo energético, pero en el que no todo vale, las empresas citadas u otras, y también fondos de inversión, al divisar la posibilidad de negocio aprovechando el despegue de esta energía y el abaratamiento de sus costes en los últimos años, quieren extender un modelo especulativo precisamente en zonas donde más se deberían proteger los terrenos con fines agrícolas y los valores asociados al paisaje y al entorno natural.
La mayor parte de los agricultores de Salinas de Pamplona (Salinas de Galar) reclamamos e instamos al Gobierno de Navarra a controlar las burbujas de especulación agrarias y que podamos decidir junto al resto de la población sobre su gestión, y planteamos que no estamos dispuestos a que las grandes empresas energéticas acaben con nuestras tierras agrícolas, y produzcan un impacto medioambiental muy grande y daños irreversibles al paisaje.
Las ventajas económicas que ofrece el suelo rústico respecto al industrial y la viabilidad que permite colocar aparatos a un precio bajo son factores que impulsan a apostar por este negocio, tratando de que la burbuja del ladrillo se traslade ahora a las energías renovables, a través, en muchos casos de sociedades pantallas o fondos de inversión de grandes compañías energéticas, pero que el Gobierno de Navarra ni los ayuntamientos, como el nuestro, el de la Cendea de Galar, no pueden dar vía libre a su aprobación.
En este sentido abogamos por iniciar un frente común de ayuntamientos, entidades vecinales y sociales, y agricultores, para frenar este tipo de iniciativas y consensuar soluciones para que la generación de energía eléctrica se realice lo más cerca posible de los puntos de consumo, permitiendo que la agricultura siga viva y más en estos tiempos de pandemia, y logrando también reducir el impacto ambiental sobre el paisaje, la biodiversidad y el entorno natural.
Firman este artículo de opinión: Fermín Aranguren y otros siete agricultores y propietarios de fincas agrícolas de Salinas de Pamplona-Salinas de Galar, Pedro María Arteta, Ángel Munarriz, Joaquín Lecumberri, Luis Redin, Patxi Amoztegui, Pedro Osinaga y Felix Agorreta.