Keynes, un héroe olvidado
Mucho se ha hablado estos días de sobre Keynes y sus teorías plasmadas en The General Theory of Employment, como una especie de receta mágica para salvar nuestras economías antes la crisis generada por el COVID19, todos de alguna manera, sabemos que Keynes abogaba por un mayor gasto del estado en situaciones donde la incertidumbre provocaba que, tantos las personas dejaran de gastar como las empresas de invertir. En tal disyuntiva la teoría económica clásica no daba respuestas eficientes a la hora de acabar con las depresiones. Por ello era el momento donde el estado debía jugar un papel de fundamental para encauzar la economía, aumentado el gasto, es decir la inversión.
La receta Keynesiana se basaba en un mayor gasto del gobierno y menores impuestos para estimular la demanda y sacar a la economía global de la depresión. Lo que es totalmente opuesto a lo que se ha hecho en muchas economías a lo largo del siglo pasado, ya que han aumentado el gasto ahogaban a la sociedad con impuestos. Algo que estamos viendo hoy en día en nuestro querido país.
Pero no seria justo culpar a Keynes por la ineptitud de nuestros gobernantes, teniendo en cuenta que su teoría es brillante y factible si se aplica tal y como el la había concebido.
Pero este articulo de opinión no es sobre su obra y de como los economistas, que se llaman Keynesianos han aplicado su teoría, es más bien sobre el individuo detrás de todo esto.
El británico John Maynard Keynes (5 de junio de 1883 Cambridge) fue probablemente el economista más importante del siglo XX. Para Keynes, gracias a la prosperidad, se liberó a las personas para ser dueños de sus propias decisiones y de esta manera les ayudó a disfrutar mas de la vida.
Keynes trataba la economía como una herramienta para hacer un balance sobre virtudes. El capitalismo tradicional "exalta algunas de las cualidades humanas más desagradables en la posición de las más altas virtudes". Él mismo se vió como salvador del capitalismo en sí mismo.
Keynes no creía en verdades absolutas o reveladas. Sabía perfectamente que la mayoría de sus ideas sólo tenían un valor transitorio. Su objetivo era desmantelar los hábitos y las suposiciones convencionales, y repensar los sistemas de pensamiento anteriores, incluido el suyo. Tuvo el coraje de tratar la economía como una cuestión de tiempo y temperamento.
En cuanto a su vida personal, tenia una clara orientación hacia otros hombres, algo que no escondía y que era un asunto conocido y de alguna manera tolerado en la sociedad conservadora de Cambridge. A la edad de 38 años comenzó una peculiar relación con la bailarina Lydia Lopokova con quien se casó en 1925, siendo su padrino el pintor Duncan Grant, quien había sido su principal amor masculino de su vida.
Otro aspecto importante de Keynes fue su amor por las artes y la importancia que les daba como puente para virtualizar a la sociedad. Construyó una importante colección de obras de arte, incluidas obras de Paul Cézanne, Edgar Degas, Amedeo Modigliani, Georges Braque, Pablo Picasso y Georges Seurat.
Fue un pionero del derecho de las mujeres a controlar sus propios cuerpos y de la igualdad de género, de hecho, fue vicepresidente de la Sociedad Marie Stopes para el Control de la Natalidad Constructiva.
En 1925, Keynes dio una conferencia en Moscú, abogando por la anticoncepción que despertó hilaridad en su audiencia comunista.
Fue un defensor abierto de la reforma de las leyes contra la homosexualidad.
En cuanto a sus ideas políticas, iban claramente en consonancia con sus teorías económicas, fue miembro del Partido Liberal y sobre la doctrina comunista, llegó referirse como algo imposible de aceptar, ya que establece una ‘verdad’ como si se tratara de una biblia. Según sus propias palabras:
¿Cómo puedo aceptar la doctrina comunista, que establece como su biblia, más allá de las críticas, un libro de texto obsoleto que sé que no solo es científicamente erróneo, sino que no tiene interés o aplicación en el mundo moderno? ¿Cómo puedo adoptar un credo que, al preferir el lodo al pescado, exalte al proletariado grosero por encima de la burguesía y la intelectualidad, quienes con todas sus fallas son la calidad de vida y seguramente llevan las semillas de todos los logros humanos? Incluso si necesitamos una religión, ¿cómo podemos encontrarla en la turbia basura de la librería roja? Es difícil para un hijo educado, decente e inteligente de Europa occidental encontrar sus ideales aquí, a menos que primero haya sufrido algún proceso extraño y horrible de conversión que haya cambiado todos sus valores.
La genialidad de Keynes pasa por ser un hombre en constante evolución, un libre pensador, que se cuestionaba todo y nada a la vez. Pocas cosas se saben de su vida personal, ya que, si bien es cierto sus teorías han sido aplicadas mayormente por gobiernos de izquierda, no dejaba de ser un señor demasiado liberal para los socialistas y comunistas de la época y hasta finales del siglo XX.
Era un hombre que creía en la libertad y en la virtud que te da la independencia de tomar tus propias decisiones. Fue un señor incomodo para muchos izquierdistas y muchos conservadores de la época, y me atrevería decir, que incluso hoy en día.
No he visto su nombre en ninguna reivindicación feminista, sobre la libertad de genero, o nada en sobre los derechos LGTBi. Se habla de Keynes con una soltura, casi insultante para la inteligencia, como si se tratara de un fanático que quería estatizarlo todo, pero mas bien era todo lo contrario. El perseguía un estado que se preocupara por garantizar esa libertad en tomar decisiones que deben tener todas las personas, en cuanto a su cuerpo, su forma de amar, sus emprendimientos, en definitiva, su vida.