Es más que una fiesta, es un sentimiento
Por segundo año consecutivo hoy, día 6 de julio no. estaremos en el chupinazo. Ese chupinazo tan esperado por todos los que sentimos los Sanfermines como nuestros y que otra vez tendrá que esperar.
Pero hace algo más de cinco años, Yo no esperaba este día; ya que veía San Fermín como otra fiesta de las tantas que salpican el territorio español, y, la verdad, nunca he sido de fiestas.
Qué equivocada estaba, San Fermín no es, ni de cerca, lo que muchas veces se ve en las televisiones, es mucho más. Es un sentimiento prácticamente indescriptible que se lleva muy dentro, y que sé que lo comparto con la gran mayoría de pamploneses y pamplonesas.
Sus ojos reflejan lo mismo que yo siento, una emoción desbordada cuando escucho la Jota o la canción de los Auroros a nuestro querido Santo; felicidad al sentir a la Pamplonesa en cada rincón de la ciudad, emoción en las inolvidables tardes de toros, ilusión al ver a la comparsa recorrer las calles de “lo Viejo” y tristeza cuando llega la hora de ponerle la vela y el pañuelo a San Fermín, después de derramar lágrimas cantando el pobre de mí en la Plaza Consistorial.
Hace cinco años me negaba a conocer estas Fiestas y, he de reconocer, que agradezco que una persona que las ama y las siente como son, me abriera los ojos y me convenciera de que era buena idea estar del 6 al 14 de julio en Pamplona. Estos se han convertido en los días más importantes del año, es una cita obligada y no veo lugar mejor para estar.
Lo que se vive aquí, es algo que todo el mundo debería de experimentar al menos una vez en la vida, pero no la “fiesta por la fiesta” sino el sentir de una ciudad entera teñida de rojo y blanco que late al ritmo de San Fermín. Porque es más que una fiesta, es un sentimiento tan fuerte y profundo que si lo llegáis a sentir os acompañará para siempre.