BUENA COMPAÑÍA

Música Vintage. IMAGEN DE ARCHIVO

 

Durante este confinamiento muchas personas han puesto en consciencia lo importante que era la música en sus vidas. Quizás no habían reparado nunca en ello hasta ahora, pero la música siempre les acompañaba en cada pequeño o largo trayecto, mientras cocinaban, quizás mientras se duchaban, en sus citas, en sus reuniones familiares, en su ocio y tiempo libre…

Y ahora, durante estas 7 semanas de confinamiento, han visto que se puede vivir sin coche, y sin consumir apenas, sólo lo imprescindible. Pero… cuánta compañía nos ha hecho la música (y el resto de artes). En algún sitio leí algo que dijo el escritor chileno Chascas Valenzuela, y es que la diferencia entre volverse loco o mantener la cordura la otorga el arte, y que por eso, la cultura es un derecho humano de primera necesidad. Amén.

Privar a un ser humano del arte sería la mayor de las crueldades, ya que nos permite salir de la realidad, y también permite entrar en ella. Favorece personas pensadoras, críticas, sensibles y amantes de lo Bello (con mayúscula). Y de esto anda muy necesitada la sociedad.

Además la música es un potente vehículo para la transmisión de emociones y una gran herramienta para tender puentes entre personas también. No es casualidad que todos hayamos salido al balcón a cantar. De esta manera nos hemos sentido parte de un “algo”, con personas que antes de todo esto ni conocíamos.

Si pensamos en aquellos tiempos en los que podíamos asistir a eventos deportivos, a conciertos multitudinarios, o al txupinazo en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona el 6 de julio, recordaremos esa sensación en la que se nos ponían los pelos de punta al entonar al unísono con miles de personas desconocidas un himno común que a todos emociona, a todos mueve, a todos une sin hacer distinciones ni diferencias.

Remontándonos poco más de un siglo, existe un hecho histórico que refleja a la perfección el poder de unión y de acompañamiento que tiene la música. El 24 de diciembre de 1914, en la Primera Guerra Mundial, los soldados británicos y alemanes estaban preparando sus respectivas cenas de Nochebuena, adornando como podían y cocinando algo caliente que poderse llevar a la boca. Los soldados ingleses comenzaron espontáneamente a cantar villancicos. Desde el otro lado de las trincheras, los soldados alemanes secundaron los cánticos, acabando cantando todos al unísono. Con este hecho comenzó la Tregua de Navidad. Alemanes y británicos salieron de sus trincheras y pactaron no disparar. De hecho, celebraron la Nochebuena juntos, comiendo, bebiendo y brindando.

Durante este confinamiento por el COVID-19 en el que muchas personas se han visto muy solas, han surgido muchos cantos con el objetivo de acompañar y de unirnos los unos a los otros. Sin ir más lejos, el famoso (y ya casi hasta odiado) Resistiré, un tema de 1988 del Dúo Dinámico que 32 años más tarde ha cobrado todo el sentido. Otros artistas como Rozalén, Coque Malla, o Jorge Drexler han contribuido a este sentimiento de pertenencia y de unión con composiciones durante la cuarentena.

Y es que la música tiene ese don de siempre saber expresar eso que cada uno siente dentro.

María Suberviola @musasyfusas