La primera pregunta obligada… ¿Podrías explicarnos cuándo y cómo se despertó en ti la vocación literaria?

Recuerdo a los 10 años la epifanía del descubrimiento de la lectura adulta con Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas. Me sentí invencible, autosuficiente, superpoderosa. El despertar de la vocación escritora ya no lo recuerdo con tanta claridad, supongo que el bicho de leer y el de escribir se confunden. Escribí poemas a los 17, 18 años, pero luego hasta los 30 no me puse a escribir más en serio.

¿Recuerdas a quién dedicaste tu primera historia?

No la dediqué, o al menos no lo recuerdo. Creo que empecé a escribir porque tenía mucha soledad y bastante rabia contra el mundo, no estaba para muchas dedicatorias. La última la he hecho de forma consciente y sentida a Kike Parra, mi marido.

Una manía cuando escribes…

Afortunadamente tengo pocas manías de espacio, de tiempo. Puedo escribir sentada a una mesa, en una cama, en el campo, en la ciudad, por la mañana, por la noche. Eso sí, cada vez me gusta más el silencio.

¿Cuál ha sido para ti tu mejor escrito?

El último, siempre el último. Es algo en lo que quiero creer, pero es que además lo creo.

¿Qué te aporta escribir?

Me aporta paz. Me aporta un lugar donde reinventar las reglas del mundo. Me aporta belleza.  Y también una pequeña contractura en el trapecio, y lo que algún día será artrosis en los dedos.

¿Cómo definirías tu literatura?

Creo que uno es el menos indicado para definir su escritura, es quien menos se ve tan dentro de sí mismo está. Tal vez diría que es intensa.

¿Un escritor debe ser emocional?

No sé exactamente qué es ser emocional, creo que la ficción literaria trabaja con las emociones a través del leguaje. Pero lo hace desde el intelecto. A veces me parece que hay cierto prejuicio, se considera que el macho es muy intelectual mientras que la mujer escribe desde las emociones. Es una tontería, Shakespeare inventó las emociones, Dostoievski las perfeccionó., Paulo Coelho las ha arrastrado por el barro. Pero todos los escritores de ficción hablan de emociones y si no, escriben ensayos.

Si le pidiéramos a la persona más cercana a ti que te describiera, en una palabra, ¿cuál sería y por qué?

No tengo ni idea, voy a preguntar. Dice mi marido:“Espectáculo. Porque sorprendes a cualquiera en cualquier circunstancia. Porque uno no se cansa nunca de ti.” No es objetivo, claro…

Una novela, un autor o autora que te haga vibrar...

En poesía, Wislawa Szymborska o Berta García Faet. Una novela: Conjunto vacío de Verónica Gerber.

¿Tú mayor logro o éxito en la vida?

Sobreponerme al dolor. Haber mantenido algo de inocencia a salvo.

Una película, una canción, un género literario, una estación del año, un color, una frase…

El Padrino, la música de El Padrino, la metaliteratura, la primavera, el rojo, solo sé que no sé nada. Vago a través de los días como una puta en un mundo sin aceras (Cioran).

Agradecemos a Bárbara su amabilidad y su plena disposición a concedernos esta entrevista.