SALVADOR NAVARRO - ESCRITOR AUTOR DE 'NUNCA SABRÁS QUIÉN FUI
Ego
El hombre es especialista en ver fuera de sí todas las causas de sus males. El Universo entero está conjurado contra cada uno de nosotros para hacernos la vida imposible.
Pecamos de exceso de ego, de creernos el centro de la galaxia a base de tomarnos en serio nuestras propias mentiras.
No hay nada más sano que la visión interior, la autocrítica; tratar de encontrar en nosotros qué hay de perfeccionable, cuánto de miedos irracionales y de orgullo mal entendido.
Si nos purificásemos por dentro, que nos conocemos bien, y no nos obsesionásemos con limpiar casas ajenas, de las que apenas sabemos nada, la atmósfera estaría menos cargada y nuestro bienestar personal estaría a salvo de monstruos escondidos bajo alfombras imposibles de alisar.
La humildad es la mejor de las medicinas, la palanca perfecta para evolucionar.
Uno gana en credibilidad cuando es capaz de mostrar sus carencias sin tapujos; actitud contagiosa, por otro lado. Cuando abres el corazón a una persona de bien, ésta tiende a mimetizar el comportamiento y a rebuscar en sus entrañas lo mejor de sí mismo.
Admitir tus flaquezas, y cualidades, no tiene por qué estar reñido con la ambición de progresar ni impide la consecución de proyectos difíciles, más bien al contrario.
Cualquier empresa de éxito, para construir un plan estratégico, hace encuestas a sus clientes con el objetivo de ver en qué fallan. Sólo se puede ser grande cuando se admite que hay puntos negros que está en manos de uno arreglar.
Lo veo tan claro que a veces me desespera la incapacidad que demuestran los pueblos para entenderse, a base de pensar que el mal y la podredumbre están en el otro.
La falta de humildad implica falta de sensibilidad y, por tanto, radicalismo. Cuando uno se cree en la posesión de la verdad es incapaz de entender al otro, se atrinchera en su propio adoctrinamiento y dispara con fuego a quien quiera entrar a discutir sus argumentos.
En este momento convulso que vive España, mi querido país, se acentúan esas actitudes soberbias: Nadie quiere comprender al otro, todos los males se han creado contra cada uno de nosotros, centros minúsculos de grandes universos inventados.