“El mundo de la psicología clínica es, a veces, frustrante, pero muy bonito”
Maitane López, psicóloga experta en violencia de género e igualdad, habla sobre el maltrato durante y después del confinamiento, cómo es trabajar desde esa postura profesional y sobre el nuevo proyecto del que forma parte
La situación extrema que el mundo vivió con el confinamiento obligatorio y sigue viviendo debido a la crisis sanitaria hizo que surgiera psicomundo. Se trata de una comunidad de 12 psicólogos especializados en temas diferentes que, a raíz del confinamiento, incluyeron sus servicios en esta plataforma online para atender a cualquier persona de habla hispana que lo necesitara. Y la verdad es que la tecnología cada vez nos da la facilidad de estar más conectados, aunque según Maitane “no es la misma cercanía que estar en persona, tener ese contacto humano que atender a través de una pantalla, complica un poco las cosas, pero es efectivo, lo que pasa es que cuesta un poco más. Al final es otro medio de llegar”. Además, la persona que recurra a psicomundo tiene la posibilidad de elegir quién quiere que le atienda, el día y la hora, eso sí, la cita tendrá lugar mediante la plataforma de Zoom.
Pese a que la Covid-19 ha invadido nuestros pensamientos y ritmos de vida, Maitane ha atendido a sus clientes por otros motivos ajenos a la pandemia mundial, como pueden ser temas más de autoconocimiento o de estrés laboral.
Violencia de género y confinamiento
“Personalmente pienso que el confinamiento ha venido mal, ha empeorado la situación”, afirma Maitane. Las denuncias por violencia de género disminuyeron al inicio del confinamiento, y aunque parecía que había disminuido el maltrato, las llamadas al 016 habían aumentado. La respuesta a esa disminución de denuncias según Maitane está en que “las mujeres no tenían tantas posibilidades de salir a la calle a denunciar”, y añade que “al final estar tanto tiempo en casa y con menos posibilidades de buscar ayuda no ha facilitado las cosas”.
Aunque hay muchos tipos de violencia de género y también depende del tiempo que lleve la pareja, Maitane cree que el confinamiento “no hace ningún bien” porque “al final pasas más tiempo con el maltratador”, a esto hay que añadirle los problemas que ha acarreado el “encierro” como pueden ser el estrés, ansiedad o mal sueño, “al final esto afecta tanto al maltratador como a la víctima, lo veo una bomba, es como juntar dos problemáticas estallando”.
La violencia de género todavía tiene un poco de “tabú” en la sociedad española, todavía se ve como algo privado o de familia y eso no hace fácil que la víctima lo admita. Aún así, la iniciativa llevada a cabo por las farmacias durante el confinamiento con ese código secreto fue de gran ayuda. Según Maitane, “es un deber de todos y de todas denunciar la violencia de género o ayudar de alguna manera”. Que, además, asegura que la violencia de género sí se puede identificar de muchas maneras. “Puedes identificarla en los hospitales, colegios cuando los niños lo presencian, médicos, psicólogos, en la calle también”.
Ayuda
Además de los puntos violetas que hay ubicados por todas las ciudades, cualquier mujer víctima de violencia de género puede llamar al 016 o acudir a centros de atención de la mujer para pedir ayuda.
Desde fuera, como amigo o familiar, la forma de ayudar se complica. “Es muy difícil -afirma Maitane-, yo siempre digo que hay que tener paciencia y estar ahí, a veces no se puede hacer mucho más. Una mujer que sufre violencia de genero es una mujer que, aunque tenga muchos problemas o un problema serio, a veces o no lo ve, no lo quiere ver o es muy difícil para ella salir de ahí”. Y recuerda que, aunque desde fuera se pueda ver fácilmente que es un maltratador, para la víctima esa persona es su pareja o incluso el padre de sus hijos.
Lo único que se puede hacer es “estar ahí y no dejarle, aunque cueste mucho, aunque le prestes ayuda y te la rechace mil veces, aunque te deje de hablar. Y cuando ella ya decida o tenga el valor o la fuerza para salir de esa relación, estar ahí y apoyarle. Es un papel muy frustrante, pero a veces estar ahí incluso sin hablar o sin tener un contacto directo es ayudar también”.
Ciclo de violencia
El ciclo de violencia se compone por tres fases. La primera se le conoce como “la fase de acumulación de tensión”, en esta fase aumenta poco a poco la atención del maltratador, son como pinceladas, cosas sutiles, a lo mejor hay alguna humillación, insulto, cosas muy suaves.
La segunda fase es la de “agresión”. En esta empieza el maltrato más físico, pueden ser ya golpes, empujones, heridas, quemazos o agresiones verbales más fuertes. “En esta fase es más probable que la mujer denuncie, el primer golpe suele ser el momento en el que la mujer puede reaccionar y denunciar o pedir ayuda”, comenta Maitane.
Por último, la fase conocida como “luna de miel”. Aquí tiene lugar las disculpas, el maltratador pide perdón a la víctima y le jura que no lo volverá a hacer, le regala cosas e incluso intenta suavizar su comportamiento para que ella vuelva. Y si la víctima vuelve, el ciclo comienza de nuevo.
Pese a que la violencia de género es un tema del que se habla a diario y que está presente día tras día, para Maitane trabajar como psicóloga especialista en Violencia de género es difícil. El lado bueno -desde su punto de vista y experiencia- es que “es muy gratificante trabajar con mujeres luchadoras”. Pero, por otro lado, el proceso “es muy lento, duro y, a veces, frustra, aunque tú veas desde fuera que debe denunciar o salir de esa casa, si ella no lo ve y decide no hacerlo, no la puedo obligar”, declara.
Para Maitane el mundo de la psicología clínica es eso, frustrante a veces, pero también muy bonito. “Es doloroso porque ves realidades difíciles y duras, pero al mismo tiempo es muy bonito crear un vínculo con alguien, ver que va mejorando aunque haya mases y menos”.