¿SON COMPATIBLES LOS GRANDES PARQUES SOLARES Y LA AGRICULTURA?

Julen Rekondo, experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente.

En las últimas semanas han aparecido en varios medios de comunicación navarros, entre ellos, Noticias de Navarra, informaciones sobre proyectos de instalación de macroparques fotovoltaicos en nuestra comunidad. Los últimos de ellos es el de las empresas Syder SL (con sede en Zaragoza) y Solarig (afincada en Soria) en la ladera norte de la sierra de El Perdón para instalar 400 megavatios para los que se necesitarían unas 800 hectáreas, en los municipios de Cendea de Galar, Beriain y Cendea de Zizur, y el de la firma Solaria que planea seis plantas entre Adiós, Uterga y Muruzubal, en la ladera sur de la Sierra del Perdón, de 50 Mw de potencia cada una. Ambos parques proyectados en zonas del cultivo del cereal.

Como ciudadano que estoy muy unido al concejo de Salinas de Pamplona-Galar, por razones de residencia y familiares, y por tanto conocedor de la zona, me produce, y digo muy suavemente, verdadera indignación. Pero todavía es mayor, cuando te vas enterando que hay en el otras zonas de Navarra más proyectos en terrenos rurales que quieren ser dedicados a la producción fotovoltaica que de llevarse a cabo van a acabar con la agricultura, además de producir severos impactos paisajísticos que deteriorarán la imagen del territorio, tendrán un impacto negativo en los ecosistemas y en la biodiversidad, y sobre las posibilidades del turismo rural, y afecciones muy graves en el medio ambiente debido a los cierres perimetrales y otras cuestiones más. En su día, ya lo tuvimos en la Cendea de Galar con la explotación de Potasas, que dejaron muchas secuelas y efectos negativos, y ahora nos vienen con los macroparques solares.

En absoluto estoy en contra de las energías renovables, y entre ellas la solar, porque las veo necesarias, y más en estos tiempos de lucha contra el cambio climático, y como profesional cuya trayectoria ha estado ligada durante la mayor parte de mi vida a la gestión ambiental, y también a la divulgación en esta materia, pero para ello deben de instalarse en lugares adecuados para ello.

Convendría destacar también el carácter especulativo de estos proyectos de macroparques fotovoltaicos que se concentran en determinados municipios porque los consideran más rentables económicamente -proximidad de conexión a la red eléctrica, contar con algunas infraestructuras existentes como caminos y carreteras, suelos no urbanizables que son más baratos que el industrial, etcétera-, su escasa vida útil entre 30 y 35 años, y la baja repercusión  sobre el empleo, que si bien al principio sería necesaria mano de obra, posteriormente, el mantenimiento sería mínimo y se realizaría por personal especializado traído de fuera, lo que unido a las enormes necesidades de materias primas  que requieren (en particular metales procedentes de la minería contaminante), ponen en cuestión su supuesta sostenibilidad.

Como ya lo han dicho los agricultores y propietarios de terrenos agrícolas en Salinas de Pamplona-Galar, hay que apostar “por otro modelo energético, con instalaciones más pequeñas, que potencien el autoconsumo, como pueden ser las placas solares los tejados de los edificios de las zonas urbanas, en polígonos industriales, y también, puede ser el caso, en terrenos que sean poco aptos para el cultivo o directamente no cultivables, pero no en zonas agrícolas de gran valor agrológico y de interés agrario elevado”. Sin duda, el autoconsumo tiene un tremendo potencial en nuestra sociedad, lo que ocurre es que las macroplantas pueden resultar más rentables económicamente, aunque para las grandes empresas energéticas, que no tienen en cuenta para nada otras rentabilidades sociales, ecológicas…

El Ayuntamiento de Cendea de Galar  adoptó el acuerdo el pasado 17 de septiembre, y que fue publicado en el Boletín Oficial de Navarra el 25 de septiembre, de suspender las licencias de construcción de nuevas  plantas y de implantación o ejecución de nuevas infraestructuras e instalaciones en el suelo no urbanizable de la cendea, tras conocer el proyectos de las empresas Syder y Solarig para instalar paneles solares con una potencia de 400 megawatios en unas 800 hectáreas entre la Cendea de Cizur, la de Galar y Beriain. De esta forma, se bloquea de hecho esta iniciativa, y es intención del Ayuntamiento de la Cendea de Galar tramitar una modificación del plan municipal. En este sentido, dicha postura es sumamente positiva y esperemos que otros Ayuntamientos vayan en la misma dirección.

Por otra parte, el Gobierno de Navarra tiene una responsabilidad importante en toda esta problemática, y debe de hacer un esfuerzo importante de regulación y de planificación estratégica de esta actividad, ya que se trata de una cuestión vital para la Comunidad Foral, a no ser que prefiera convertir amplias zonas agrícolas y rurales en “mares de placas solares”. Y eso, en mi opinión, lo debe de hacer cuanto antes, adelantándose al aluvión que parece que hay de posibles proyectos de macroparques fotovoltaicos en distintas zonas de nuestra comunidad. El Gobierno de Navarra debe apostar por un modo de producción descentralizadora, creadora de más empleo y nuevas sinergias.

El gobierno de Navarra no puede validar este tipo de infraestructuras que de ejecutarse supondrían un cambio de paisaje que va en contra de las políticas del reto demográfico, de un turismo rural sostenible, del desarrollo de una agricultura que deberá ser más ecológica y que permita dar pasos hacia la soberanía alimentaria, y que me permiten afirmar rotundamente que estos grandes parques solares son incompatibles con la agricultura y el medio ambiente.

Julen Rekondo, experto en temas ambientales y Premio Nacional de Medio Ambiente