Reinventando la cultura
Llega el otoño y no solo caen las hojas de los árboles, sino que muchos lectores pasan las páginas de libros, donde refugiarse en estos momentos de incertidumbre. Novelas e historias que se comparten mejor en compañía; las personas y los libros, buena combinación.
Por eso, es momento de retomar los Clubes de Lectura y actos culturales.
Lo sabe muy bien la periodista Estela Muerza Arriezu, que diversifica su labor, con ideas culturales, educativas e infantiles. Ha sido profesora de Apoyo, a través de los Servicios Sociales, impartiendo clases a niños inmigrantes y de etnia gitana. “Al ser niños con dificultades, les ayudo a cada uno según su necesidad y nivel educativo. Entre ellos, he enseñado a leer y escribir a adolescentes de 14 años, que han mostrado total interés, respeto y educación”.
También imparte cursos en Cruz Roja, donde se crea un ambiente de compartir experiencias y conocimientos, mediante dinámicas de grupo e individuales que desarrollan el ingenio y hacen desarrollar nuestro interior, a través de temas de personalidad y neurológicos. Y con su particular toque literario.
Esta inquieta sesmera es autora del libro “Lodosa, pasado y presente”, que se puede encontrar en Bibliotecas Públicas, centros educativos y en otros lugares públicos.
Como escritora, ha ganado dos galardones literarios a nivel nacional: el Premio Local en el X Concurso de Cuentos sobre Ecología y Medio Ambiente, de San Adrián y el segundo premio en el II Certamen de Cuentos “Villa de Cárcar”. En el primer caso, el cuento se introdujo en un libro recopilatorio editado por dicho Ayuntamiento. Asimismo, recibió una mención en el Premio Literario de Vivencias, de Ediciones Orola, de Madrid y su texto se introdujo en un libro, “Antología”.
Lectores y escritores
Coordina Clubes de Lectura en Navarra y La Rioja, (los ha dirigido en Sesma, Los Arcos, Allo y Herce). Estos encuentros son “una reunión literaria, donde se aúna el interés por el conocimiento, la pasión por la sabiduría, las ganas de compartir experiencias y de ir más allá en el análisis de una novela, como técnicas narrativas, recursos lingüísticos y de desarrollar el espíritu crítico. Sirve hasta de terapia literaria; siempre hay un libro para cada estado de ánimo y nivel de lectura. El conocimiento nos hace libres”. Así ve Estela Muerza estos clubes: “Están desde los lectores que se introducen en la lectura de libros y, por eso, acuden y, con ello, van desarrollando el gusto por leer y los lectores más expertos que ven el Club de Lectura como un foro donde desarrollar más profundamente ideas literarias, mediante el análisis del lenguaje y la comparación con otros autores o películas”.
Está muy emocionada porque ha establecido contacto continuo con los escritores Tadea Lizarbe y Andrés Pascual. “Estas relaciones son muy enriquecedoras, para gente tan apasionado por los libros como yo, porque se establece un feedback de experiencias literarias”, afirma.
Explica que “la máxima satisfacción es, tanto con niños como con mayores, ver que aprenden y que te dicen que es una experiencia enriquecedora y disfrutan”. Hay lectores que me dicen que desde que acuden “analizan más las obras literarias, que son más críticos, que no se quedan solo en la historia”. En el trabajo con niños, es monitora de Ludotecas de cuentos, de reciclaje, globoflexia y pintacaras. “Lo que más valoro es la enorme imaginación de los niños, que aprendes de ellos tanto como les enseñas y mi manera de ver la educación es poniéndose a su nivel (que suele ser alto), mediante la empatización y un rasgo fundamental: el cariño, con el que se transmiten valores”.
“Las palabras, siempre las palabras, por las conversaciones interesantes que surgen de los libros… y por los lectores que las propician”. (Estela Muerza)