lunes. 25.11.2024
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Rebotar

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Elasticidad. Foto de Harrison Haines

Vivir es, de tan extraño, desestabilizador.

Pretender buscar la felicidad de forma lineal es, como consecuencia, un error.

La vida se mueve a impulsos. Son demasiados factores externos e internos, sociales, de salud, monetarios, imprevistos, estimulantes que nos asaltan; por lo que pretender adaptar la vida a nosotros es un error.

Hay que ser elásticos para ser felices. Tener capacidad de rebotar.

No podemos prever un pinchazo en el coche, la enfermedad de un pariente, la nuestra propia. No se nos puede venir el mundo abajo porque quien pensábamos que íbamos a encontrar en vacaciones nos ha fallado, o porque nos ha llegado la letra del seguro del coche que no esperábamos y nos jode el final de mes. Que se fastidia una cita, hay que rebotar y cambiar el sentido; que nos falla el plan del fin de semana, ya habrá más; que nos monta un número en el trabajo un energúmeno, se rebota y se sonríe.

Las personas rígidas no transmiten buen rollo. Se cabrean con facilidad.

Nuestra existencia es continuo movimiento y la capacidad de rebote es algo que se aprende con los años.

Rebotar no implica insensibilidad, sino capacidad de adaptación. El ser elástico y no empotrarse contra los obstáculos significa ser una persona fuerte. Gritarle al mundo que la vida es una mierda es no saber vivir.

Porque en el fondo todos deberíamos saber que la vida es un juego y no entender ese principio básico es ser candidato a la infelicidad.

Las reglas del juego son claras: bondad, coherencia, capacidad de rebote y ganas de jugar. Quien no cumple con las reglas sufre más de lo necesario.

Si queremos pasar por esta vida de la mejor manera, lo mejor es comportarse con los demás como tú quisieras que se comportasen contigo (bondad), mantener una línea de juego (coherencia), saber afrontar con humor las adversidades (que vienen y vendrán) y tener ganas de seguir en el juego.

La vida nos hará sufrir en el futuro más de lo que podemos imaginar, lloraremos a los nuestros, por los nuestros y por nosotros, envejeceremos, perderemos ilusiones y habrá gentes y situaciones que nos desengañarán.

No olvidemos que es un juego y que una de las reglas es ser elástico.

Los topetazos están garantizados, protejámonos.

Salvador Navarro - Escritor

Autor de 'Nunca sabrás quién fui'

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