Hablar
Tengo una gran amiga que comenta con transparencia que vota al Partido Popular. Tengo otra gran amiga que manifiesta en público su fidelidad a Podemos. Yo, lejano al voto de estas dos opciones, las quiero y las considero, tanto en sus terrenos profesionales como en sus vidas personales, dos modelos de conducta.
Hubo una época no necesariamente antediluviana en que creí que esto no era posible. Pensaba, en mi ingenuidad, que no podría tener nada en común con quien tuviera convicciones políticas opuestas a las mías. Si ve el mundo de esa manera, me decía, no tenemos posibilidad de entendernos.
Ahora, en cambio, me gusta organizar cenas en casa con amigos que sepan explicar con pasión sus diferencias sin temor a la controversia, pero sin gritos.
Hay que ponerle corazón a nuestras convicciones y saber defenderlas, tanto como saber escuchar las del otro y darle a éste su espacio.
No me gusta que haya odio en los argumentarios; eso ya se lo dejamos a los políticos profesionales.
Cada vez estoy más convencido de que nuestra sociedad no estará del todo madura hasta que no sepamos escuchar las razones del otro sin presuponerle maldad.
Yo aspiro a convencer a los demás de cómo debería gobernarse el mundo, pero hay millones de mundos imperfectos posibles.
Salvador Navarro - Escritor
Autor de 'Nunca sabrás quién fui'