“Las empresas más humanas son las que contribuyen a que los empleados no solo ganen dinero y crezcan profesionalmente, sino que se desarrollen como personas”
“Hoy la mayor parte de las organizaciones se centran en el poder y el dinero, descuidando la dimensión humana”, destacó Michael Pirson, fundador y presidente de la International Humanistic Management Association (IHMA). Sin embargo, prosiguió, “la gestión humanista de la empresa se centra en la dignidad humana como clave para el desarrollo de la organización”. Con estas palabras inauguró la primera actividad de la IHMA en España, promovida por el Instituto Empresa y Humanismo (IEH) de la Universidad de Navarra y el Instituto para la Ética en la Comunicación y las Organizaciones (IECO) de la Universidad de Valencia.
Por su parte, Manuel Guillén, director del IECO y de la Cátedra de Ética Empresarial IECO-UV, expuso las tres líneas principales que desarrolla el Instituto para fomentar un enfoque de dirección de empresas humanista o humanistic management. En primer lugar, la dignidad humana que lleva a la empresa a reconocer que “todos los trabajadores tienen la misma dignidad pero distinta responsabilidad”; la excelencia en el trabajo, pues “una organización con un enfoque humanista es aquella que cree en las personas, promueve su dignidad y fomenta el trabajo bien hecho, con excelencia”; y en tercer lugar, el desarrollo personal, pues “las empresas más humanas son aquellas que contribuyen a que los empleados no solo ganen dinero y crezcan profesionalmente, sino que se desarrollen plenamente como personas”.
El presidente del Grupo SENER y vicepresidente del IEH, Andrés Sendagorta, respondió a cómo lograr un sentido en el trabajo ante la presión de los resultados con las claves de su propia empresa: “Trabajo, imaginación y entusiasmo multiplicado por espíritu deportivo”, además destacó “te tienes que divertir, y eso no depende del trabajo, sino de cómo lo afrontes tú”.
Las cuatro dimensiones del trabajo
Manuel Guillén sugirió a los asistentes preguntarse si consideran su trabajo como un empleo, una carrera, una vocación o una llamada más alta. Explicó esos cuatro sentidos del trabajo de la siguiente forma: un empleo, cuando busco recibir un bien útil; una carrera, cuando se trata de lograr un bien agradable; una vocación, si lo que se busca es dar un servicio con afecto y comprensión; y una “llamada más alta” para quienes tienen un sentido espiritual de la vida, cuando se considera el trabajo como forma de devolver a Dios o a un Ser superior la grandeza de la creación.
Además, animó a los asistentes a descubrir las propias motivaciones en el trabajo y el sentido que se esconde detrás de esas motivaciones. Como un modo práctico de autodiagnóstico recomendó utilizar la web-app: www.findmeaningfulwork.com una herramienta basada en la investigación que el IECO está desarrollando con el Human Flourishing Program de la Universidad de Harvard y el libro recientemente publicado por la editorial Tirant lo Blanch titulado “Motivación en las Organizaciones y Sentido del Trabajo