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MÁS INTERROGANTES (2 de 2)

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Vacuna covid-19. IMAGEN DE ARCHIVO
MÁS INTERROGANTES (2 de 2)

En el primer capítulo de este artículo sobre “Más interrogantes”, pasé revista a la aparición del SARS-COV-2 en Barcelona desde marzo del año pasado (2019), sobre la resistencia natural a dicho microbio y sobre algunos datos relacionados con vacunas.

En esta segunda parte del artículo continúo con otras noticias sobre el tratamiento frente al COVID-19 y las vacunas en preparación.

       * Tratamiento frente al COVID-19.

Ha sido muy interesante el movimiento de la industria farmacéutica y la OMS tras el apoyo que hizo el presidente Trump (y también por parte de médicos franceses) hacia la Hidroxicloroquina como fármaco efectivo contra el COVID-19.

Se estaba estudiando (y se sigue en esa línea) el uso de otros antivirales. Entre otros, destaca el Remdesivir, del laboratorio Gilaed. La OMS puso en marcha un estudio para comprobar la eficacia de la Hidroxicloroquina contra el COVID-19… hasta que en la revista The Lancet apareció un estudio en el que se echaba por tierra cualquier esperanza de utilizar dicho fármaco antipalúdico y antirreumático en esta epidemia.

Este estudio de The Lancet aseguraba la carencia de beneficios sanitarios de este fármaco frente a la enfermedad por COVID-19 y, por contra, la presencia de arritmias cardíacas y mortalidad consiguiente como efectos secundarios.

De manera radical e inmediata, la OMS dio por cerrado el estudio antedicho, poniendo pasivamente una alfombra roja a los nuevos fármacos, con el Remdesivir a la cabeza.

Me ha llegado por diferentes vías la noticia de que los autores de este estudio de The Lancet han decidido retractarse de sus resultados dado que la empresa (Surgisphere) que les aportó los datos originarios, en bruto, no ha permitido su estudio a otros equipos de investigación para comprobar los resultados.

Con este estado de cosas, se han puesto en evidencia aquellas declaraciones del epidemiólogo Dr. John Ioannidis, hoy bastante criticado por sus declaraciones sobre la no gravedad del COVID-19 y su recomendación de desaconsejar la política de confinamientos y mascarillas generalizadas.

Este analista de verificación de datos, al que me he referido en algún artículo previo, mantenía sin ninguna duda que la mayor parte de los estudios científicos (y es necesario decir que la mayor parte de la investigación corre a cargo de laboratorios farmacéuticos sobre productos que luego ellos mismos van a comercializar) no se basan en datos fiables. Ahí queda eso para el que quiera entender.

Si unimos en la historia que el precio de un tratamiento de 10 días de hidroxicloroquina es de 11’44€  y que el precio del Remdesivir para un tratamiento está recomendado en EEUU en 5.080$ (algo menos en €), ya no digo más.

La OMS, por otra parte, ha vuelto a reactivar el estudio que dejó en suspenso cuando salió el artículo en The Lancet. Veremos a ver cómo concluye.

Un apunte sobre el estudio que se está realizando por la farmacéutica Gilaed para apoyar la eficacia del Remdesivir: como la situación es de “urgencia”, se le está abriendo el camino (autorización exprés) para su comercialización (ya tiene la bendición de la EMA, la agencia europea encargada de los permisos a los medicamentos) aunque todavía no hay resultados de todas las fases de estudio de una nueva aplicación de fármacos en humanos.

*A la hora de publicar este texto, ya se ha sabido la aprobación del Remdesivir por parte de la Comisión Europea, eso sí, condicionada a resultados. Sólo les ha bastado una semana. Habrá que estar atentos.

Y otro apunte sobre este estudio en ciernes de Gilead sobre su antiviral Remdesivir: en su planificación, no se tuvo en cuenta el estudiar el antiviral frente a un grupo control con tratamiento estándar más placebo. ¿Es tan complicado en la configuración de un estudio de estas dimensiones y repercusión comercial añadir un grupo control? ¿por qué no se ha hecho?

       * Vacuna frente al COVID-19.

Ya hice referencia a los resultados de la primera fase de la vacuna de Moderna, en la que un 20% de las personas de las que se mostraron datos frente a altas dosis de la vacuna sufrieron reacciones adversas sistémicas catalogadas por la FDA como graves (severe), aunque la farmacéutica, los medios de comunicación y demás acólitos palmeros han obviado lo preocupante del hecho ocurrido frente a personas excepcionalmente sanas (condición para formar parte del experimento de esta fase).

 ¿Qué ocurrirá cuando se pretenda inocular la vacuna a la población general, con grupos de alto riesgo incluidos? Todavía no he visto nuevos resultados.

Y continúo con Astrazeneca, la farmacéutica detrás de la vacuna de Oxford. Es curioso que para comparar la efectividad de esta nueva vacuna frente al COVID-19 tampoco se utiliza un grupo de control con administración de placebo sino un grupo de “¿control?” al que se la ha administrado una vacuna contra la meningitis. ¿Y eso? ¿Por qué se va a comparar con otros vacunados y no con personas a las que se les dé un placebo, una sustancia inerte?

Con esta decisión se van a esconder posibles efectos adversos de la nueva vacuna que también tengan los integrantes del “grupo control”, al que se les administró la vacuna contra la meningitis.

Vuelvo a recordar la conclusión del Dr. John Ioannidis sobre la falsedad de la mayoría de los estudios científicos. El tema lo vemos muy claro cuando un juez pretende juzgar un pleito en el que es una de las partes en litigio, ¿no? Pues eso.

Salud para ti y los tuyos.

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