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EL CORONAVIRUS ¿UNA MEZCLA DE VIRUS?

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Covid-19 alerta mundial. IMAGEN DE ARCHIVO
EL CORONAVIRUS ¿UNA MEZCLA DE VIRUS?

Ya en mis artículos titulados “El Coronavirus y la Conspiración” he mostrado una panorámica sobre noticias diversas que, si se unen en una perspectiva más amplia de la realidad, utilizando una “vista de pájaro”, pueden fácilmente generar un “tufillo” nada despreciable de manipulación del ser humano en general.

No es mi finalidad generar un estado de alarma social, ni mucho menos; al contrario, mi objetivo es poner al alcance del público (al menos al que quiera saber) información para que las personas no caigan en las garras del miedo, en el pánico ante un “lobo” que no lo es, y no se dejen avasallar por los intentos de llevarnos a un redil homogeneizado, el “café con leche para todos” más cercano a los súbditos del Gran Hermano de Orwell en su obra “1984”.

De hecho, Hollywood, con toda su maravillosa maquinaria de creación de historias, nos ha servido en bandeja durante años la idea de grandes pandemias, grandes catástrofes… Como que cuando las personas tienen ahora conocimiento de este tipo de acontecimientos, es más fácil que se integre en sus mentes la idea, por ejemplo, de un confinamiento general ante el pavor suscitado por todos los medios de comunicación desde bastante antes de que en Occidente supiéramos ni la mitad de lo que después supimos sobre la situación en China.

A mí, al menos, se me encendió una bombilla de inmediato al darme cuenta de lo desproporcionado de los mensajes que emitían las autoridades económicas y monetarias internacionales, aireados por los medios de comunicación y seguidos de los movimientos y declaraciones de los diversos gobiernos nacionales, solos o en comandita. En aquel entonces, era una exageración absurda sobre lo que estaba sucediendo en China… a no ser que ya se supiera de antemano lo que nos iba a caer encima.

Durante la actual “Era de la información inmediata y digital”, no puede ser de otra forma; o, al menos, a mí no se me ocurre.

Durante nuestro confinamiento, ha habido posibilidad de leer o visionar en vídeo múltiples opiniones, versiones diferentes sobre lo que está sucediendo. Unas con más sentido común y otras… bastante descabelladas ateniéndonos al sentido común; pero, visto lo visto, yo que soy a la vez muy crédulo pero también incrédulo, ya no sé a qué hacer caso y qué descartar como materialmente imposible.

Y en éstas, salen a la palestra varias personas identificadas como “conspiranoicos”, que nos comienzan a decir que el bicho ha sido creado por un laboratorio de investigación biológica… y soltado al exterior… ¡¡¡Por Dios!!!, ¿cómo va a ser posible una cosa así?

Inmediatamente, salen a contrarrestar esa hipótesis todo tipo de científicos, autoridades y medios de comunicación, echando tierra por encima de los primeros, desacreditando, ridiculizando, desinformando… Ya sabéis en qué consisten las fases a seguir frente a una nueva verdad incómoda: negar, rebatir, criticar, desacreditar… hasta que, al final, se comprueba que realmente es verdadero y se va aceptando por la mayoría como nuevo paradigma. También son interesantes las técnicas de manipulación mediática descritas por Noam Chomsky (si no las conocéis, podéis ocupar algo de vuestro tiempo en indagar sobre ello en la red).

Bueno, aunque no veo televisión (ya hace más de 17 años que no existe ese aparato en mi casa), ayer me llegó un enlace a una entrevista a cuatro en una televisión francesa (del 17 de Abril de 2020) al Dr. Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina 2008 por el descubrimiento del virus del SIDA. Ha sido un personaje controvertido por su apoyo y continuación de las tesis del también denostado (y en este caso defenestrado) Dr. Jacques Benveniste sobre la memoria del agua, y por su apoyo a la homeopatía.

El Dr. Montagnier asegura que este coronavirus posee ciertos puntos de su genoma con pequeñas porciones genómicas del virus del VIH (al que ha dedicado su atención duran muchos años), y que esta realidad es fruto incuestionable de una mano humana y no una mutación natural. Coloquialmente, describe que este nuevo virus es producto de un trabajo muy minucioso, “de relojero”. Evidentemente, no se arriesga a opinar sobre quién lo ha hecho ni con qué finalidad, abriendo la posibilidad de un escape por algún fallo en las medidas de seguridad de un laboratorio.

De paso, comenta que en su laboratorio (y deja caer que en otros grupos de investigación también pero de manera silenciosa, sin hacer ruido) estudian este tipo de mezclas de virus entre coronavirus y VIH de cara a conseguir una vacuna frente al VIH.

En la entrevista, también hace referencia a un estudio previo, antes de ser verificado “por pares” (como habitualmente trabaja el modelo científico antes de publicar oficialmente un trabajo), escrito por dos investigadores indios que resaltaban la hipótesis de que el coronavirus de Wuhan fuera resultado de la mano humana. El Dr. Montagnier asegurá que ese “pre-paper” ha sido borrado, anulado… “bajo una enorme presión” (palabras literales del científico galo).

Han salido a la luz documentos de varias patentes de coronavirus tanto en EE.UU. como en Europa. ¿Para qué se juega con estos bichos? ¿Por qué negar una hipótesis que tiene posibilidad de ser real? ¿Qué intentan esconder?

También escribí en uno de mis anteriores artículos que en Wuhan había dos laboratorios, pero en realidad son tres los laboratorios que juegan con estos bichos: uno de muy alta seguridad (BSL-4), el Instituto de Virología de Wuhan; otro de alta seguridad (BSL-3) y otro, el del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuhan (WHCDC) con menores medidas de seguridad (BSL-2), que está a escasos 300 metros del mercado de mariscos que se ha colocado como el epicentro de la actual pandemia.

En palabras de Montagnier, “eso de que el Covid-19 apareció tras una contaminación ocurrida en un mercado de animales salvajes, en Wuhan, es una bella leyenda. Imposible. Los científicos chinos son grandes especialistas. El virus salió de un laboratorio de Wuhan”.

Se sabe que un porcentaje no desdeñable de entre los primeros enfermos afectados por el coronavirus no tuvieron contacto con el mercado en cuestión, y que el coronavirus “base”, el que anida en los murciélagos, lo hace en un tipo de murciélagos muy específico, que es el que estaba siendo estudiado precisamente en ese laboratorio del CDC de Wuhan, con menores medidas de seguridad (BSL-2), a poco más de 200 metros del mercado en cuestión.

Además, esa clase de murciélagos que se estudiaba a escasos metros del mercado de mariscos, precisamente, ni se come ni se vende en ese mercado. Curiosamente, el cierre del mercado fue casi inmediato (creo que al siguiente día de comenzar a comunicar China la epidemia por coronavirus) y limpiaron todo el mercado a modo “prueba del algodón”.

En la entrevista de la televisión francesa salió a relucir también que hace dos años (2018) hubo una serie de avisos desde la embajada de EE.UU. en Pekín sobre la falta de seguridad en la investigación de un laboratorio de Wuhan sobre coronavirus en murciélagos.

El científico francés aventura que la naturaleza favorecerá la modificación progresiva del actual coronavirus, desprendiéndole de las características artificiales que le están haciendo tan peligroso para los humanos… y prevé que en un año disminuirá su morbilidad.

Para añadir más controversia al actual follón, recomendaba en la entrevista estudiar el papel de las ondas, de las radiaciones electromagnéticas en su interacción con las secuencias de los virus (esto es mío: atención con la red 5G, antes de que sea tarde).

Y, finalmente, el Dr. Montagnier exhortaba, por un lado, a los científicos a extremar las medidas de seguridad y respetar los principios éticos, de cara a evitar futuras pandemias… y a los médicos a evitar daños colaterales en los tratamientos aplicados, haciendo caso al principio de ética médica “primum, non nocere”.

¡¡¡¡Ommmmmmmmmmmm!!!!

Salud para ti y los tuyos.

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